¡Empezamos la guardería!

Primer día de guardería

 Primer día de guardería

El  gran día llegó y todos los nervios y emociones acumulados, han salido por la puerta en un plis plas, tan rápidos como la despedida de Alejandro al entrar en la guarde.  El tío ha entrado la mar de dispuesto, con su mochila y con paso firme, sin mirar atrás. ¡Vamos, al papi y a mí aún nos duele la mejilla del beso que nos ha dado!

Bueno, primero os cuento que las etiquetas de marcaropa no han llegado.  Hace algo más de una semana que me anunciaban que mi envío de etiquetas para ropa y adhesivos para marcar otros objetos de mi peque llegaría en breve (os hablé de ellas en una entrada anterior https://unamamareal.wordpress.com/2014/08/20/empezamos-el-cole-preparativos-para-el-primer-dia-de-guarderia/ ), pero no ha sido así. Cuando llamé el viernes… ¡¡Sorpresa!! Un problema con mi envío ha hecho que tengan que volver a hacer mi pedido!!!  No ha llegado para que frikimami lo etiquete todo el primer día.  Así que viva el boli bic!! Jajajajaja  Me río por no enfadarme. Admito que ya se me ha pasado, pero me ha sentado  regulín haber pagado un envío urgente para que ahora no me llegue a tiempo. Bueno, no hay remedio que una mamá no solucione, así que todo lo que ha llevado hoy  ha sido marcado con un rotulador indeleble. Cuando me lleguen las etiquetas os cuento!

Esta semana el período de adaptación consiste en dos turnos de hora y media, han dividido la clase por la mitad para que no estén todos de golpe juntos. A mi peque le ha tocado el segundo turno. He podido «escaparme» de mi primer día para poder estar en ese momento tan temido y, a la vez, deseado.

Hemos llegado un poquito antes, por eso de no saber qué te vas a encontrar. Por el camino, Ale ha ido contándome todo lo que iba a hacer en la guarde, jajaja, ¡la lección la llevaba aprendida, desde luego! (llevamos toda la semana contándole que hoy iba al cole y todo lo que se iba a encontrar y hacer).  La cosa ha sido (y os digo que no hemos tardado más de minuto y medio): bajamos del coche, el enano se cuelga la mochila, llamamos a la puerta, abre la seño y le dice «¡hola Alejandro!» y éste corre hacia dentro sin más… ¡¡sin más!! el papi y yo nos hemos quedado con el beso en los labios y una sonrisa nerviosa.  Desde ese momento hasta que lo recoges deseas fuertemente, porque la curiosidad es enorme, tener una camarita por la que poder ver qué hace tu peque, ¿os ha pasado? por pura curiosidad eh!, de saber qué hará, si pedirá lo que necesite, si te echará de menos,… La cuestión es que el tiempo de espera es corto y en nada estás otra vez en la puerta con los brazos abiertos.

Resultado del primer día: ha salido en brazos  de la seño, con una pena enorme,  llamando a mamá. Le hemos recibido con todo el positivismo que tu empatía te permite transmitir (y porque lo llevábamos ensayado) en ese momento, para que la pena se convirtiera rápido en una sonrisa y conseguir que te cuente con todo lo que ha jugado ese ratito.  Y…¡Lo hemos conseguido!, ya os digo porque llevas la lección aprendida de poner una sonrisa enorme (evitar las caras de preocupación) e intentas  sólo machacar lo positivo, aunque la seño te esté contando que ha llorado/protestado un buen rato y que se ha estado dando tirones con otro por un mismo juguete. Todo el camino de vuelta ha estado contando en su tono más penoso lo del otro niño, aunque poco a poco hemos logrado sacarle otras cosillas más divertidas. ¡Primer día superado! Mañana le tocará al papá llevarlo y recogerlo y ya veremos cómo va transcurriendo el resto de la semana. ¡Seguro que bien! De momento, ha comido y ha caído rendido. Menuda siesta se está echando.

Ya me encuentro más tranquila, hemos roto el hielo, como se suele decir. Mañana tenemos un día duro en el trabajo, día de decisiones, así que me toca reflexionar un poquito.

A las que hayáis tenido también vuestro primer día, espero os sintáis más relajadas.

Todo es empezar, todo es ponerse. Ahora hay que mantenerlo (con todo lo que venga) y afrontar los cambios que se produzcan en las rutinas y en ellos: observaremos cambios que pueden ir desde dificultades para dormir bien, hasta trastornos a la hora de comer. Ante todo, cariño, insistir en las rutinas y grandes dosis de paciencia. Han iniciado otro gran pasito  de  lo que va a ser su autoconcepto, su personalidad, su inteligencia,… su MUNDO, en definitiva. Y ahí estaremos para compartirlo, apoyarlo y disfrutarlo con él.

 

¡Buen Lunes o lo que queda de él!.